Págame por lo que valgo, no por donde vivo
Pagar a los empleados según donde vivan ya no se lleva
Si la pandemia ha podido traer algo bueno, ha sido el que muchas empresas se han puesto las pilas para tener a la mayor parte de su plantilla trabajando en remoto. Esta modalidad de trabajo ha demostrado no solo que los empleados tienen más tiempo para la conciliación familiar, sino que también aumenta la productividad. Según un estudio de 2015 de la Universidad de Stanford, el rendimiento de los empleados del call center de una empresa de viajes China aumentó un 13% porque hacían más llamadas y más largas debido a que se tomaban menos descansos y se daban menos de baja por enfermedad. Este método de trabajo, implantado por obligación durante los dos últimos años, ha convencido a muchos directivos de grandes empresas para hacerlo permanente — ¡Genial! La cultura del teletrabajo ha llegado para quedarse.
Una de las grandes ventajas del teletrabajo es que ya no necesitas contratar a gente dispuesta a mudarse donde tienes la oficina. Los potenciales candidatos más experimentados — y por tanto con más edad — no suelen estar por la labor de mover a toda la familia tan a la ligera. Este cambio de paradigma es una enorme ventaja para los que trabajamos en el sector, tenemos dependencia familiar y, además, vivimos alejados de las grandes capitales. Pero es también un filón que muchas empresas están intentando aprovechar en su beneficio — ¿Puedo contratar a dos ingenieros en Cádiz y despedir a uno de Londres por el mismo precio?
Yo llevo 8 años trabajando en remoto desde San Fernando, Cádiz. Primero para una empresa inglesa (Ixxus), que luego fue adquirida por otra americana (Copyright Clearance Center). Actualmente para otra empresa inglesa (Epos Now). En ninguna de estas empresas me han pagado un salario menor al de mis compañeros ingleses. Siempre ha sido, y es, un salario acorde al mercado en Inglaterra. Pero ha sido así porque estas empresas necesitaban contratar talento y no lo encontraban en su lugar de origen por falta de demanda. Sin embargo, en la primera empresa, desde que llegaron los americanos la política para la oficina en España ha sido la de buscar mano de obra más barata. Y no les culpo. Business is business. Otra cosa es que comparta, en el año 2021, esa política de montar factoría de software extranjera tan de moda a principios de siglo. El problema es que con el teletrabajo está ocurriendo algo parecido. Muchas empresas están pensando cómo lo pueden utilizar para maximizar sus beneficios contratando donde la mano de obra es más barata, y no tanto en aprovechar el abanico de posibilidades que se les presenta para encontrar talento.
Mi salario inglés, viviendo en Cádiz, está justificado con mi especialización. He dado con empresas que me han pagado por el valor que les ofrezco (value based salary), sin tener en cuenta donde vivo (location based salary). Pero también hay empresas como Facebook, o Google, que dicen que van a permitir el teletrabajo a quien quiera y que van a ajustar su salario dependiendo de donde se vayan a ir a vivir. Esto, en mi opinión, no tiene ningún sentido más allá que el de amedrentar a los empleados para que se queden donde están — estas empresas han invertido muchos dólares en sus majestuosos campus con toboganes. Según Facebook, como la vida es más barata en Chicago que en San Francisco, entonces el sueldo desorbitado de 500 mil dólares que está pagando a un empleado de su oficina de Palo Alto no estaría justificado si se va a Chicago. Pero esta política no funciona al contrario. Si tienes un sueldo de Chicago y quieres irte a teletrabajar desde Silicon Valley, donde la vida es mucho más cara, te quedas con el sueldo de Chicago. En otra publicación escribiré sobre el disparate de los salarios en el valle, porque eso de que a la gente no le llegue para vivir decentemente cobrando $150k te puede dar una idea de la burbuja que está a punto de estallar.
Una justificación recurrente que escucho sobre el por qué un español no puede cobrar un sueldo americano es porque allí el americano no tiene derecho a paro, no tiene sanidad pública, o no tiene jubilación. Como si aquí no tuviéramos que rendir cuentas al estado con una buena parte de nuestro salario, además de lo que pagan las empresas, por los mismos conceptos. Se escudan en las consecuencias de la política liberal llevada al extremo — y del sálvese quien pueda — del país para justificar que sean las empresas las que tienen que soportar esa carga — What are you talking about?. El objetivo de una empresa es la maximización de beneficios, especialmente cuando cotiza en bolsa o tiene inversores. Esto es de primero de empresaurio. Las empresas no son hermanitas de la caridad. Por eso, el salario de un empleado tiene que ser acorde al retorno esperado de la inversión (expected ROI). Es decir, si yo le pago 1000 boniatos a un empleado y me da un beneficio de 2000, evaluaré si los 1000 boniatos que gano son una buena inversión o no, y consideraré si el empleado puede cobrar 1500, reduciendo mis ganancias pero reteniendo el talento que me hace ser competitivo, o debe cobrar 800, ampliando mis ganancias pero arriesgando a que exista más rotación y menos retención de experiencia. No hay más. Una empresa no tiene obligación de pagar a un empleado más para que se pueda permitir una jubilación, o tenga acceso a la sanidad. Tiene que pagar en función de sus beneficios y su competitividad en el mercado. Otra cosa es que quieran pagar un extra como beneficio social para atraer talento. Pero en este caso, los beneficios sociales se tienen que repartir por igual a todos los empleados, independientemente de las políticas que existan en sus países.
Yo entiendo que existan diferencias salariales según donde vivas debido a los impuestos y riesgos que tiene que asumir la empresa. Pero que un buen arquitecto de software en la capital de España gane de media 50.000€-60.000€ choca mucho con los $150.000-$250.000 que cobra alguien con el mismo perfil en una capital de un estado americano tipo Boston o Austin. Estamos hablando de hasta 4 veces más salario, cuando el precio de la vivienda es más o menos el mismo. También entiendo que una empresa española facturando el precio de un programador al precio de un kilo de cacahuetes no va a poder competir nunca con los salarios de una empresa americana. Aunque tampoco hay que irse tan lejos. La diferencia salarial con otros países europeos también es abrumadora.
Por suerte, esta tendencia en España está cambiando en beneficio de todos. Debido a la popularidad del teletrabajo, y que cada vez son más las empresas extranjeras buscando talento en España — porque lo hay a cascoporro — y que, además, están pagando por encima del mercado, los sueldos se están regularizando al alza. Al final, no deja de ser ley de oferta y demanda. Si una empresa quiere contratar talento tiene que pagar en el top 20% del mercado. Y si una empresa paga más, las demás, si quieren retener el talento, también tienen que pagar más y, por lo tanto, repercutirá en el precio de sus productos y servicios. Así que todas las empresas, inevitablemente, terminarán pagando los salarios según el valor de los empleados, y no según donde vivan.
¡Muchas gracias por leerme!